BONA




Buenos días a todos
Como ya he publicado un par de libros y colaborado en unos cuantos más, puedo decir lo mismo que Julio sobre el "gusanillo" de escribir, así que os contaré dos anécdotas de mi trabajo en Iberia relacionadas con el tema de la incorporación de la mujer a determinas tares, que mencionaba nuestro querido compañero.

La primera se refiere a el periodo el el que fui Subdirector de Infraestructura Industrial. En el área del mantenimiento de los aviones nunca habían trabajado mujeres, hasta que un buen día se presentaron a un examen de ingreso y, lógicamente, una parte del personal seleccionado fue de este sexo. El uso de los aseos debía hacerse tras una larga peregrinación desde los talleres o hangares a las zonas de oficinas, y solo unos meses más tarde se adoptó la decisión de construir aseos femeninos. Pero la anécdota no está en este hecho, sino en que hubo que hacer una reforma antes de abrirlos, porque el maestro de obra, que era del sexo masculino, omitió la instalación de bidés y su ausencia fue motivo de enérgicas protestas.

El segundo ocurrió en mi etapa como Subdirector de Prevención Laboral. Un día me pidieron una reunión dos representantes de las mujeres-piloto. Me sorprendió lo holgado de las camisas del uniforme que llevaban. La razón que me dieron, y el objeto de la visita, era que a pesar de que hacía años que la mujer se había incorporado a pilotar los aviones, todavía se les vestía con el patrón de la ropa masculina, es decir, podían elegir la talla pero lo que se llama "la hechura" era del otro sexo, lo cual, no solo no se correspondía con las formas en general, sino que normalmente o elegían su talla o elegían otra mayor, siendo en ambos casos un desastre. Habían peregrinado por media empresa para ver si se resolvía y al final llegaron a mi despacho. Se resolvió, evidentemente, pero se tardó casi un año.
Con los tiempos que corren espero haber sido políticamente correcto, que nunca se sabe.
Saludos múltiples y variados